Este sábado, la tranquilidad de la playa de Son Moll, en Cala Rajada, se vio interrumpida por un suceso desgarrador. Un hombre de 69 años, que buscaba disfrutar del sol y el mar, fue encontrado flotando boca abajo en el agua. A pesar de los esfuerzos inquebrantables de los socorristas, quienes rápidamente acudieron al aviso de varios testigos alarmados, la tragedia ya estaba consumada.
A las 13:20 horas, todo ocurrió tan rápido que muchos aún no pueden creérselo. Los salvavidas lo sacaron del agua con rapidez y comenzaron a aplicar maniobras de reanimación cardiopulmonar. Pero el tiempo corría en su contra y cuando llegaron las ambulancias poco después, los sanitarios continuaron luchando por su vida sin éxito alguno. La dura realidad se impuso y solo pudieron certificar lo que todos temían: el fallecimiento del hombre.
Un día que debió ser de alegría
La playa, habitual refugio para muchos durante el verano, se tornó en un escenario desolador. ¿Cuántas veces hemos disfrutado del mar sin pensar en sus peligros? Este lamentable incidente nos recuerda lo frágiles que somos ante la inmensidad del océano. Mientras algunos celebraban la calidez del día bajo el sol, otros lloraban la pérdida inesperada de un ser querido.