En un día que no olvidaremos fácilmente, un juzgado de lo Penal en Palma ha dictado sentencia contra un joven español de 24 años. Este miércoles, la decisión fue clara: nueve meses de prisión y 81 días de trabajos comunitarios son las consecuencias de amenazar de muerte a su expareja a través de Instagram, violando así una orden judicial que le prohibía comunicarse con ella.
Las redes sociales como escenario del conflicto
Aquí es donde la historia se vuelve más impactante. El chico, quien ya está cumpliendo condena por otros delitos, decidió enviarle varios mensajes amenazantes a su antigua novia justo el pasado 21 de marzo alrededor de las 22:00 horas. Sabía perfectamente que estaba cometiendo una locura al hacerlo; aun así, el miedo que causó en ella fue real y palpable. La joven no dudó en dar el paso necesario y denunciarlo ante la Policía Nacional.
La defensa del procesado, llevada por Isabel Summers, alcanzó un pacto con la Fiscalía y con Ana Vidal, la acusación particular, antes de que comenzara la vista. Aunque el Ministerio Público pedía inicialmente dos años tras las rejas, finalmente llegaron a un acuerdo más benévolo para él. Pero eso no es todo: además del tiempo en prisión y los trabajos comunitarios, el tribunal también ha decidido que no podrá acercarse ni comunicarse con su víctima durante tres años. Y ojo, porque estará sin armas durante ese tiempo.
La jueza dictó sentencia ‘in voce’, dejando claro que este tipo de comportamientos no tienen cabida en nuestra sociedad. A veces parece que estamos hablando de algo sacado de una película mala, pero esto es muy real y nos toca a todos.