La tarde del pasado lunes, un grupo de amigos disfrutaba de una aventura veraniega en Son Verí, cuando uno de ellos, un chico de solo 18 años, decidió lanzarse al agua desde unas rocas. Lo que parecía ser un momento divertido se convirtió en una tragedia repentina. Tras el salto, el joven sufrió dos hombros dislocados y quedó inmovilizado, dejando a sus amigos con el corazón en un puño.
Un rescate lleno de tensión
A las 18:40 horas, la angustia invadió a los presentes y rápidamente llamaron al 112 para pedir ayuda. Aunque la situación era crítica, varios voluntarios de Protección Civil de Llucmajor llegaron al lugar con rapidez. La zona era complicada para acceder por tierra, pero eso no detuvo a los rescatistas. También se sumaron agentes de la Policía Local y los Bombers de Mallorca para ofrecer asistencia inmediata.
Después de recibir cuidados básicos en el lugar del incidente, el joven fue trasladado por una embarcación del Club Náutico del Arenal hasta su sede. Desde allí, pudo ser evacuado a un hospital en Palma para recibir tratamiento adecuado. No hay palabras para describir el miedo que sintieron sus amigos durante esos momentos; es esa mezcla de preocupación y desesperación que todos hemos experimentado alguna vez.