En un día que comenzó con la promesa de una emocionante aventura, Sarah Rita Loos, una joven alemana de 28 años, decidió explorar por su cuenta los impresionantes paisajes del Pla de Cúber. Avisó a algunas amigas sobre su plan, pero lo que debería haber sido un día de disfrute se tornó en un profundo pesar para todos.
A medida que las horas pasaban y la joven no regresaba, sus amigas comenzaron a preocuparse. Esa inquietud les llevó a actuar rápidamente y alertar a Emergencias. Fue así como se activó un dispositivo de búsqueda, con la esperanza de encontrarla sana y salva en los alrededores de Cúber. Pero tras dos días llenos de incertidumbre y desesperación, el desenlace fue devastador.
La triste realidad de la montaña
El pasado domingo, alrededor de las 18:41 horas, el equipo del Greim de la Guardia Civil, apoyado por el helicóptero ‘El Cuco’, logró localizar el cuerpo sin vida de Sarah. Las primeras indagaciones apuntan a que sufrió una caída mortal desde unos sesenta metros en una zona rocosa donde muchos podrían perderse fácilmente.
Los rescatistas descendieron con cuidado hasta donde estaba su cadáver, situado entre el Puig de Sa Rateta y el embalse. Con gran respeto y delicadeza procedieron a recuperar a Sarah para poder devolverla a su familia y amigos, quienes ahora deben afrontar este doloroso adiós.
Este trágico suceso sirve como un recordatorio contundente sobre la importancia de tomar precauciones al aventurarse en entornos naturales. Las fuerzas especializadas en seguridad montañera nos advierten: hay que conocer bien la ruta antes de salir, nunca aventurarse solo sin avisar a nadie, llevar siempre el equipo adecuado y nunca subestimar nuestras capacidades. La montaña puede ser hermosa pero también peligrosa si no se actúa con responsabilidad.