Era un día cualquiera en Cala Millor, el pasado viernes, cuando la tranquilidad del paseo se vio interrumpida por un acto delictivo que podría haber quedado en el olvido. Un hombre de 36 años, originario de Rumanía, robó a una mujer que disfrutaba de un día soleado junto a su hijo. Sin embargo, lo que no contaba este carterista es que había ojos atentos en la multitud.
Todo empezó con la alerta de un comerciante, quien notó algo extraño mientras atendía su negocio. Acto seguido, sin pensarlo dos veces, decidió actuar y contactó a la policía. Pero eso no fue todo; otro vecino, empoderado por el deseo de hacer justicia y con su patinete eléctrico bajo los pies, decidió seguir al ladrón para no perderle de vista.
La persecución termina con éxito
A medida que la historia se desarrollaba, el valiente ciudadano siguió al sospechoso hasta que finalmente llegaron las fuerzas del orden. Gracias a esta colaboración ciudadana, la Policía Local de Sant Llorenç pudo localizar e interceptar al presunto delincuente antes de que desapareciera entre la multitud.
A pesar del revuelo y las emociones a flor de piel, los afectados no pudieron recuperar su cartera; según el detenido, había pasado esa responsabilidad a una mujer desconocida que le acompañaba. Aún así, el destino les tenía preparado un giro: poco después unos turistas encontraron la cartera robada bajo un coche cercano. La documentación estaba allí intacta, pero desgraciadamente faltaba el dinero.
A medida que avanzaban las investigaciones sobre este hecho insólito, los agentes descubrieron que el hombre detenido no tenía domicilio conocido y ya tenía una señal pendiente desde Alemania. Esto llevó a su arresto como presunto autor de un delito de hurto tras ser informado debidamente sobre sus derechos según la ley vigente.