En las Islas Baleares, los valientes que se encargan de atender las emergencias están al borde del colapso. La situación, que ellos mismos describen como «crítica e insostenible», ha sido expuesta en una emotiva carta enviada a la ciudadanía por la Sección Sindical CGT. Y es que, estos profesionales no sólo son la voz al otro lado del teléfono; son quienes salvan vidas cada día.
La carta destaca la enorme sobrecarga que sufren aquellos que responden a las llamadas desde la central del 112. Con más de un millón de residentes y 18 millones de turistas cada año, su labor es vital. Sin embargo, lo que deberían ser momentos de alivio se convierten en un auténtico desafío debido al abandono institucional y la falta de recursos.
Crisis en el servicio: menos personal y más emergencias
Sorprendentemente, actualmente solo hay 44 personas atendiendo todas las llamadas en el 112 cuando, según reconocen incluso desde su propia empresa, hacen falta al menos 71 técnicos para cubrir adecuadamente esta responsabilidad. Esto significa tiempos de espera prolongados durante una emergencia, algo que puede poner vidas en peligro. Y cada verano, como si no fuera suficiente, la situación se agrava: más llamadas y menos personal.
El sindicato critica duramente la inacción del Govern. «Por cada nuevo trabajador que llega hay abandonos», afirman con frustración. Las condiciones laborales han llevado a muchos a dejar sus puestos y el resultado es claro: menos manos para responder a más emergencias. Desde enero de 2025, una nueva herramienta para gestionar emergencias ha añadido aún más presión sobre un equipo ya exhausto.
El servicio del 112 no solo recibe llamadas normales; también gestiona alertas automáticas de vehículos E-call y otros números vitales como el 080 o el 024 (atención al suicidio). En momentos críticos como catástrofes naturales o fenómenos meteorológicos extremos —como las recientes inundaciones— un sistema robusto resulta esencial. Sin recursos suficientes para hacer frente a lo inesperado, cualquier evento puede desbordarles.
Los trabajadores advierten: «Este verano podría ser aún más crítico». A pesar de haber suspendido una huelga planeada en Nochevieja bajo la promesa de mejoras que nunca llegaron, siguen esperando respuestas concretas tras cinco meses sin avances significativos.
En resumen, piden recursos y condiciones dignas para poder seguir ofreciendo un servicio esencial con calidad. El 112 no solo es un número; es un salvavidas en situaciones extremas y merece ser tratado con toda la seriedad necesaria.