En una mañana cualquiera de mayo, la tranquilidad de Ibiza se vio sacudida cuando la Policía Nacional tuvo que responder a un aviso que no era lo que parecía. Todo comenzó cuando un empleado de una joyería decidió hacer uso del llamado ‘botón del pánico’ solo para comprobar cuánto tardaría la policía en llegar. Sí, así como lo leen, una curiosidad bastante peligrosa.
Un acto irresponsable con graves consecuencias
La alarma sonó y los agentes, fieles a su deber, se lanzaron a las calles en plena hora punta. En esos momentos, el tráfico es un caos y sortear los obstáculos urbanos no es tarea fácil. Pero allí estaban ellos, con el corazón en la mano y preparados para actuar ante cualquier situación de peligro. Sin embargo, al llegar al establecimiento, se encontraron con una escena inesperada: el encargado les explicó que todo había sido una prueba y que no pasaba nada grave.
Es increíble pensar cómo un simple juego puede poner en riesgo tanto a los ciudadanos como a los propios agentes. Por eso, desde la Jefatura de Policía han decidido tomar cartas en el asunto y proponer una sanción para la joyería que oscila entre 3.001 y 20.000 euros. Esto es lo que pasa cuando jugamos con fuego; las leyes son claras y este tipo de acciones están tipificadas como infracción grave por poner en peligro la seguridad pública.
Desde la Policía Nacional recuerdan algo fundamental: el botón del pánico debe ser utilizado solo ante situaciones reales de amenaza. La vida no es un experimento ni debe ser tratada como tal. Esperemos que este incidente sirva como lección para todos.