Este pasado sábado, el municipio de Selva se convirtió en un escenario de valentía y compromiso. Un grupo de 30 espeleólogos del Grupo de Espeleosocorro de la Federación Balear de Espeleología se adentró en la cueva Avenc des Pares para llevar a cabo un simulacro que pondría a prueba su capacidad ante lo inesperado. La misión: rescatar a una persona supuestamente herida a nada menos que 90 metros bajo tierra.
Una experiencia única y desafiante
El ejercicio no fue sencillo. “Hemos tenido que lidiar con obstáculos difíciles, especialmente la calidad de la roca”, comentaban los rescatistas, visiblemente emocionados tras completar su tarea. No solo estaban extrayendo una camilla; estaban poniendo a prueba sus habilidades en un entorno hostil.
Con el apoyo vital de sistemas de comunicación por cable y walkie-talkies, el equipo mantuvo un flujo constante entre el interior oscuro y húmedo de la cueva y el puesto de mando exterior, donde otros voluntarios coordinaban cada movimiento con precisión.
A pesar del desafío, el simulacro concluyó con éxito. Desde el Grupo de Espeleosocorro subrayaron que esta experiencia les ha permitido mejorar su coordinación técnica y operativa, algo crucial si alguna vez tuviéramos que enfrentar emergencias reales bajo tierra. Así es como estos héroes anónimos se preparan para lo peor mientras todos nosotros nos quedamos tranquilos en la superficie.