La madrugada del pasado martes se convirtió en una pesadilla para un joven neerlandés que, tras una noche de diversión en Playa de Palma, terminó apuñalado con unas tijeras. Todo comenzó cuando un hombre senegalés fue expulsado de un local por alterar la paz. En lugar de marcharse, decidió buscar venganza y, como resultado, la víctima quedó tendida en el suelo con una grave herida.
Una intervención rápida pero angustiante
Sobre las 00:50 horas, los agentes del GOR de la Policía Nacional llegaron al lugar para atender al herido. La escena era caótica; el joven yacía en el suelo mientras los policías trataban de taponar su herida hasta que llegó la ambulancia. Los gritos y la confusión hicieron que muchos testigos recordaran esa noche como algo aterrador.
Gracias a la valentía de un testigo que apuntó hacia donde había huido el agresor, las autoridades lograron interceptarlo poco después. Durante su fuga, lanzó las tijeras al suelo, prueba clave en este oscuro episodio. Sin embargo, lo más inquietante es que antes del ataque, este individuo había estado causando problemas en el bar y amenazando a quienes intentaron echarlo fuera.
El grupo de Homicidios asumió el caso y pronto confirmaron lo peor: el joven había sufrido una perforación del pulmón. Una urgencia médica que nadie debería experimentar tras una noche destinada a ser divertida. Ahora él permanece hospitalizado en Son Espases mientras sus seres queridos esperan ansiosos noticias sobre su recuperación.
No podemos ignorar cómo situaciones como esta dejan huellas no solo físicas sino también emocionales en todos nosotros. La violencia nunca es la respuesta, y menos aún cuando buscamos simplemente disfrutar y relajarnos.