La historia de un profesor de instituto en Palma ha dado un giro inesperado y, lamentablemente, muy oscuro. Este docente de 45 años ha sido condenado por acoso sexual a siete chicas, que tenían entre 13 y 16 años, a las que impartía clase. Durante la vista celebrada en abril, se revelaron detalles escalofriantes sobre su comportamiento.
Una condena que deja huella
El juzgado ha impuesto al profesor una multa de 5.400 euros por delitos leves de vejaciones injustas y le obliga a indemnizar con 500 euros a cada una de las víctimas. Todo esto porque el docente no tuvo reparos en hacer comentarios obscenos a través de Instagram, donde les decía cosas como: «Estoy soltero para ti y follarte» o «¿Qué talla de sujetador usas?». Frases que sonaban más a un juego cruel que a palabras dignas de un educador.
A lo largo del juicio, se escucharon las voces temblorosas pero firmes de las jóvenes afectadas, quienes corroboraron lo denunciado anteriormente. La jueza consideró su comportamiento como un abuso de confianza y subrayó el agravante del contexto en el que ocurrieron los hechos: el hombre estaba bajo los efectos de la cocaína cuando contactó con sus alumnas.
A pesar del peso del caso, la magistrada decidió no calificarlo como ciberacoso infantil, ya que nunca llevó sus amenazas al plano físico. Sin embargo, eso no resta gravedad a lo sucedido. En medio del proceso judicial, el profesor admitió su error y pidió disculpas: «Quiero pedir perdón por mi comportamiento. No se merecían vivir eso las chicas». Pero ¿de verdad se puede borrar así la angustia infligida?