La tarde del pasado miércoles, a eso de las 19.40 horas, un taxista de Palma se encontró en medio de una situación que nadie podría haber anticipado. Todo comenzó como una simple discusión entre conductores en la calle Teodoro Llorente, justo al girar hacia Paseo Mallorca. El hombre, que realizaba un servicio para unos turistas, jamás imaginó que esa charla tensa terminaría en un puñetazo.
Una maniobra peligrosa y la chispa del conflicto
El problema surgió cuando el autobús de la EMT delante de él realizó una maniobra arriesgada, invadiendo su carril. El taxista no dudó en recriminarlo; después de todo, la seguridad en las carreteras es lo primero. Pero lo que siguió fue un desenlace inesperado: ambos vehículos se detuvieron ante el semáforo en rojo en Jaime III, y allí continuaron su intercambio verbal. La situación se tornó violenta cuando el conductor del autobús decidió bajarse y acercarse al taxi.
Sin tiempo para reaccionar, nuestro protagonista bajó la ventanilla para escuchar lo que tenía que decirle. Pero antes de poder articular palabra, recibió un fuerte puñetazo que le dejó una herida superficial en el labio. “Nunca pensé que esto pudiera pasarme”, confiesa todavía aturdido. Los compañeros del taxista y una ambulancia llegaron rápidamente a ayudarle tras sentirse mareado por el golpe.
Ahora solo queda esperar que se haga justicia y que este tipo de agresiones no queden impunes. Es hora de poner fin a estas actitudes violentas en nuestras calles.