La tarde del pasado jueves, un momento que debería haber sido de tranquilidad para una joven se convirtió en una pesadilla. En plena zona de probadores de una tienda popular en las Avenidas de Palma, un chico español de solo 22 años fue sorprendido grabando con su móvil a la chica mientras se cambiaba. Una violación clara de su intimidad que no podemos pasar por alto.
Un acto reprochable
El empleado de seguridad, al recibir el aviso, actuó rápidamente. Fue la propia víctima quien le hizo saber lo sucedido y juntos encontraron el teléfono que estaba capturando imágenes desde arriba del probador. El vigilante no perdió tiempo y localizó al sospechoso dentro de la tienda. Ante la llegada inminente de la policía, el joven reconoció ser «un irresponsable», pero eso no minimiza su acto.
Los agentes, tras hacerse cargo del asunto, requisaron el móvil para analizar si había más material prohibido. Aunque quedó en libertad después del arresto, los hechos nos recuerdan lo frágil que puede ser nuestra privacidad y cómo algunos están dispuestos a tirarla a la basura por un instante de morbo.
Este incidente pone sobre la mesa una realidad inquietante: ¿hasta dónde hemos llegado con este tipo de comportamientos? La seguridad en espacios públicos como estos debe ser prioritaria y los responsables tienen que actuar con firmeza ante tales abusos. Todos merecemos disfrutar sin miedo ni miradas indiscretas.