La madrugada del 1 de octubre en Sant Llorenç des Cardassar se tornó oscura cuando un joven marroquí de 22 años fue arrestado por agresión sexual y otros delitos tras un episodio escalofriante en la pista de baile de una fiesta local. Según los relatos, este individuo no solo manoseó a varias chicas, sino que también arremetió contra quienes se atrevieron a cuestionar su comportamiento.
A medida que transcurría la noche, la atmósfera festiva se convirtió en un escenario de tensión. Testigos relatan cómo, al separar a dos grupos que discutían, se encontró a un joven con evidentes lesiones que aseguraba haber sido atacado tras intentar defender a las jóvenes. Las víctimas, visiblemente afectadas por la situación, decidieron dar un paso al frente y presentar denuncia.
Un desenlace violento
No contento con su accionar anterior, el sospechoso intentó huir y fue visto intentando escalar una reja hacia una vivienda cercana. La Policía Local llegó rápidamente al lugar y lo detuvo. Pero el desenlace no fue sencillo: durante el forcejeo, dos agentes resultaron heridos debido a la resistencia del detenido. Al final, los policías lograron identificarlo como el presunto autor de estos actos tan reprochables.
Este tipo de situaciones no solo dejan huellas profundas en las víctimas; también nos hacen reflexionar sobre lo lejos que debemos llegar para proteger nuestro derecho a disfrutar sin miedo. Es fundamental apoyar a quienes han sufrido agresiones como estas y hacerles saber que no están solas.