En una tranquila mañana del pasado 12 de noviembre, a eso de las 5.45 horas, la calma del barrio palmesano de Els Hostalets se vio sacudida por un grito desgarrador. Una mujer, al intentar salir de su casa, fue brutalmente empujada por un desconocido que había decidido que esa vivienda era el lugar perfecto para hacer una aparición indeseada.
Los vecinos, alarmados por los gritos de auxilio, no dudaron en activar a la Policía Local, quienes rápidamente se presentaron en el lugar. Al llegar, encontraron a una familia visiblemente alterada y temerosa. La mujer relató con angustia cómo aquel hombre se coló sin más en su hogar y cómo su marido y su hijo tuvieron que intervenir para intentar echarlo.
La lucha por recuperar la tranquilidad
A pesar de su resistencia inicial, finalmente lograron sacar al intruso. Pero lo más sorprendente fue escuchar al sospechoso justificar su acción; según él, había vivido allí antes y tenía derecho a recuperar unas pertenencias. Una excusa que dejó a todos boquiabiertos: “No lo conocíamos de nada”, decían los afectados entre incredulidad y enfado. Suposiciones apuntaban a que podría ser alguien desahuciado por orden judicial.
Al final, este hombre de 39 años y nacionalidad rumana fue detenido por allanamiento de morada. Un caso más que nos recuerda que la seguridad en nuestros hogares es sagrada y que no debemos permitir que ningún intruso intente pasar por encima de nuestra tranquilidad.