La historia que vamos a contar no es solo la de un robo, sino la de una auténtica desdicha. El pasado 7 de octubre, alrededor de las once de la noche, un hombre mayor llegó a Palma procedente de Sevilla, confiado y con su maleta repleta del material médico esencial para combatir su apnea del sueño. Sin embargo, al llegar a la cinta de equipajes del aeropuerto Son Sant Joan, se encontró con una dura realidad: su maleta había desaparecido.
Al principio pensó que solo se trataba de un simple extravío. Pero tras esperar más de una hora y comprobar el estado de su otro teléfono móvil, recibió una notificación inquietante: ¡sus dispositivos electrónicos estaban localizados en una zona de Palma! Y por si fuera poco, comenzaron a llegarle pequeños cargos en sus tarjetas de crédito. Un auténtico desastre.
Una sustracción calculada
Consciente del grave problema que le suponía no tener su equipamiento médico, decidió actuar rápido. Se dirigió al puesto de la Guardia Civil en el aeropuerto y presentó su denuncia. No era un simple error; había indicios claros de que esto era parte de algo más grande. Las investigaciones apuntan ya hacia un sospechoso con raíces árabes que reside en Palma. Gracias al sistema GPS, tanto su tablet como su móvil están marcando señal desde la casa del presunto ladrón.
Este hombre ha tenido que correr a comprar nuevas herramientas médicas para poder descansar adecuadamente durante las noches, algo vital para él. En los últimos días han sido varias las denuncias por desapariciones similares en el aeropuerto, aunque aún no hay confirmación clara sobre si también fueron robadas.
Es triste ver cómo este tipo de situaciones ocurren tan cerca y nos recuerdan lo frágil que puede ser nuestra seguridad personal. La comunidad está atenta a los acontecimientos y espera justicia para quien pasó por esta pesadilla inesperada.