En un día cualquiera en Son Servera, la tranquilidad se vio interrumpida por una intervención inesperada. La Guardia Civil de Artà detuvo a un joven de apenas 27 años, acusado de un delito de tráfico de drogas. Y es que este chico no solo llevaba consigo una buena cantidad de cogollos de marihuana, sino que además tenía más de mil trescientos euros en su bolsillo.
Un encuentro sospechoso
Todo comenzó cuando los agentes estaban realizando uno de esos rutinarios puntos de verificación. De repente, se fijaron en un conductor que parecía tener algo que ocultar; su actitud era más que esquiva. ¿Quién podría pensar que al ver a la Benemérita iba a intentar hacer maniobras raras? Los guardias, entrenados para detectar estas situaciones, decidieron darle el alto.
Cuando el joven bajó la ventanilla, un fuerte olor les llegó a las narices y encendió todas las alarmas. Esa fragancia inconfundible no dejaba lugar a dudas: había algo más que aire dentro del vehículo. Así que decidieron registrar el coche y ahí fue donde encontraron esos 1340 euros repartidos en billetes diversos y una bolsa blanca repleta de marihuana, ¡nada menos que 340 gramos!
Con toda esta evidencia sobre la mesa, los agentes no tuvieron más opción que proceder con su detención por ser el presunto autor de un delito contra la salud pública. Todo esto deja claro que no hay nada sencillo ni banal cuando se trata del tráfico de drogas. Un día normal puede cambiar radicalmente con una simple intervención policial.