En un giro inesperado de los acontecimientos, un joven repartidor decidió aprovechar su trabajo para dar un golpe. La semana pasada, mientras entregaba un paquete en Andratx, se le ocurrió que era el momento perfecto para hacer de las suyas. En un despiste del propietario, ¡zas!, se hizo con las llaves de la casa y las tarjetas de la alarma, con la clara intención de regresar más tarde y llevarse lo que no era suyo.
El momento del descuido
A veces, los pequeños descuidos pueden tener grandes consecuencias. Mientras el dueño estaba distraído, el mensajero se apoderó de esos objetos clave. Pero aquí viene la parte interesante: varios trabajadores que estaban cerca se dieron cuenta de lo que estaba sucediendo. Vieron cómo este chico revisaba las llaves y tarjetas antes de marcharse, como si estuviera planeando un regreso triunfal.
Gracias a su ojo avizor, cuando el dueño presentó la denuncia correspondiente, la Guardia Civil actuó rápidamente. Inspeccionaron el furgón del mensajero y… ¡sorpresa! Las llaves robadas estaban escondidas bajo los pedales. El joven, que apenas tenía 21 años, fue detenido por intento de robo con fuerza. Menuda manera de arruinar una entrega.