En una soleada mañana que prometía ser tranquila, la tragedia se desató en Pollença. Un ciclista de 48 años, originario de Ucrania, perdió la vida y otros tres sufrieron heridas graves después de que un autocar del TIB se saliera de control y embistiera a un grupo de ciclistas. La Guardia Civil de Tráfico ha iniciado una investigación para esclarecer lo sucedido, mientras los corazones de familiares y amigos están destrozados.
Un fallo mecánico que pudo cambiarlo todo
Según las primeras indagaciones, el conductor del autobús asegura que sufrió un fallo en el sistema de dirección y frenado. Él mismo le contó a los investigadores que no pudo evitar arrollar a los deportistas. El impacto fue brutal; el autocar terminó estrellándose contra un árbol al borde de la carretera, dejando a varios pasajeros atrapados dentro del vehículo. Imagina la desesperación.
Afortunadamente, equipos de emergencias llegaron al lugar rápidamente: cinco ambulancias y varios agentes policiales trabajaron incansablemente para rescatar a las víctimas. En medio del caos, una bebé de tan solo seis meses también estaba a bordo y recibió atención inmediata por parte del personal sanitario.
Las víctimas son todos hombres; uno ucraniano que ya no está con nosotros, otro kazajo y un ruso están heridos gravemente. La cuarta víctima es una mujer española con una fractura en su cadera. Es desgarrador pensar en cómo unas vacaciones idílicas pueden convertirse en una pesadilla como esta.
La carretera Ma-2200, donde ocurrió este accidente fatídico sobre las 12:25 horas, es conocida por ser transitada por ciclistas ansiosos por disfrutar del paisaje mallorquín. Pero hoy ese paisaje ha quedado manchado por el dolor y la angustia.
Desde el Consorcio de Transportes de Mallorca han expresado sus condolencias ante esta tragedia y prometieron colaborar con las autoridades para entender qué pasó realmente aquel día fatídico. Mientras tanto, la comunidad sigue conmocionada; nadie esperaba que un paseo en bicicleta se tornara en tal desastre.