En un giro desgarrador de los acontecimientos, tres menores han sido arrestados por la Policía Nacional en Palma tras ser acusados de acosar a dos compañeros de clase. Lo que comenzó como una serie de burlas y violencia psicológica se tornó en una pesadilla: collejas, robo de material escolar y escupitajos se convirtieron en el día a día de estas víctimas.
Una denuncia que abrió los ojos
Todo empezó cuando el padre de uno de los chicos decidió dar un paso al frente y denunciar la situación. Desde el inicio del curso escolar, su hijo había estado sufriendo hostigamiento. Tras su denuncia, la Unidad de Atención a la Familia y Mujer (UFAM) activó una investigación que revelaría lo peor: el acoso no solo era psicológico; también había llegado a la violencia física.
A finales de marzo, las agresiones se intensificaron. El menor no solo recibía golpes en la cabeza; su mochila era objeto de derrames líquidos y otros actos vergonzosos que todos deberíamos rechazar. Durante este tiempo, los agentes descubrieron que otro chico también estaba siendo víctima del mismo grupo. Este segundo adolescente enfrentaba insultos constantes y humillaciones, mientras sus pertenencias eran manipuladas sin compasión.
Con las detenciones realizadas, la UFAM sigue investigando para determinar si hay más víctimas que no han tenido voz hasta ahora. La Policía Nacional ha querido lanzar un mensaje claro: ante situaciones así, es fundamental pedir ayuda. Si eres testigo o víctima del acoso escolar, no te quedes callado; hablar puede cambiar tu vida.