Las carreteras de Mallorca han vivido un fin de semana trágico, un recordatorio doloroso de la fragilidad de la vida. En apenas 24 horas, tres accidentes fatales han dejado a la isla sumida en la tristeza. Todo comenzó el domingo por la mañana, cuando un motorista de 56 años se encontró con su destino tras chocar contra un coche en el polígono de Son Oms. El impacto fue brutal; su cuerpo quedó tendido sobre el asfalto mientras los servicios de emergencia luchaban por hacer lo imposible.
Una cadena de desgracias
Poco después, otra tragedia golpeó a nuestra comunidad. En la carretera que une Palma con Valldemossa, otro motorista perdió la vida al salirse en una curva y estrellarse contra una señal. Un nuevo golpe al corazón que ha llevado a las autoridades a abrir una investigación para averiguar qué sucedió realmente.
Y como si esto no fuera suficiente, este lunes amanecimos con más malas noticias. En la carretera que conecta Portocolom con Felanitx, se produjo una colisión frontal entre un coche y un autobús del TIB. El conductor del coche no tuvo suerte y perdió la vida, mientras que el conductor del autobús salió ileso, aunque ocho pasajeros tuvieron que ser atendidos por los servicios médicos. Afortunadamente, ninguno resultó gravemente herido.
Estos lamentables sucesos nos obligan a reflexionar sobre lo frágil que puede ser todo y ponen sobre la mesa una necesidad apremiante: es hora de reforzar las medidas de seguridad vial. Porque nadie debería perder su vida así, porque cada accidente cuenta una historia y hoy contamos historias demasiado tristes.