La tranquilidad de un colegio en Palma se vio interrumpida cuando dos jóvenes, a quienes aún les queda mucho por aprender, decidieron hacer de las suyas. Todo ocurrió a finales del pasado marzo, en el despacho de una profesora que no se esperaba que su día diera un giro tan inesperado.
La mujer, con toda su documentación y 500 euros en efectivo guardados en su bolso, fue víctima de un hurto que no solo le robó pertenencias, sino también parte de su confianza. Cuando se dio cuenta de que habían hecho compras con su tarjeta en dentro de dos joyerías y un estanco, rápidamente interpuso la denuncia correspondiente ante la Policía Nacional.
La investigación toma forma
A partir de ahí, los agentes del Grupo de Investigación de la Comisaría de Distrito Oeste comenzaron a mover ficha. Con cada paso que daban, más cerca estaban de identificar a los culpables. Fue el 24 de abril cuando finalmente dieron con ellos. Los arrestos fueron rápidos y efectivos; ambos jóvenes, españoles con 22 y 24 años a cuestas, enfrentan ahora cargos por hurto y estafa.
No cabe duda: lo que estos chicos hicieron no solo fue robar dinero, sino también romper el sentido común dentro del entorno educativo. Al final del día, lo más triste es pensar en cómo acciones así pueden afectar la confianza dentro nuestra comunidad. ¡Hay tanto por mejorar!