Este viernes, en una sala del tribunal en Vía Alemania, se escuchó el eco de una historia que, lamentablemente, no es nueva. Un agente de la Guardia Civil, un hombre de 42 años y nacionalidad española, fue condenado a realizar 112 días de trabajos comunitarios por maltratar a su entonces mujer e hija. Lo más impactante es que el propio acusado se declaró culpable de dos delitos de malos tratos, algo que ya deja sin palabras.
Aparte de sus trabajos forzados, este hombre tendrá que indemnizar a las víctimas con 900 euros, una cantidad que no puede reparar lo vivido pero al menos puede ayudar un poco. Además, la sentencia le impide portar arma durante dos años y le prohíbe comunicarse o acercarse a su exmujer durante cinco años y a su pequeña hija por tres.
Una historia dolorosa
Los hechos se remontan al año 2022. En marzo, tras una discusión dentro del coche donde estaba presente su hija, el acusado perdió los papeles y agredió a su pareja con un puñetazo. Más adelante, en diciembre del mismo año, la situación fue aún más grave: arrojó fuertemente a su hija de apenas 5 años sobre el sofá y la golpeó. No podemos dejar pasar esto por alto; son situaciones desgarradoras que dejan huella en quienes las viven.
El juzgado correspondiente tomó medidas drásticas y prohibió al acusado comunicarse o acercarse a ambas desde mayo de 2023. Es imprescindible que estas decisiones judiciales sean contundentes para proteger a quienes sufren en silencio.