En la tranquila localidad de Llucmajor, un pastor mallorquín ha vivido un verdadero calvario. Este noble animal, encerrado y desprovisto de comida y agua, había estado sufriendo en silencio mientras unos propietarios hacían oídos sordos a su necesidad. La situación se hizo insostenible hasta que un testigo, con corazón compasivo, decidió alzar la voz y alertar a las autoridades.
La Guardia Civil no tardó en actuar. Consciente del sufrimiento del perro, se desplazaron rápidamente a la finca donde el animal estaba cautivo. Allí encontraron al pobre can con un recipiente de agua vacío desde hacía días. El panorama era desolador: un ser vivo que parecía haber sido olvidado por completo. Pero afortunadamente, el desenlace sería diferente para él.
La luz al final del túnel
A los agentes les bastó poco tiempo para entender que algo tenía que cambiar. Sin dudarlo, le proporcionaron agua y comida, y se pusieron manos a la obra para localizar a quienes tenían la responsabilidad de cuidar de él. Tras recibir los primeros auxilios, el perro comenzó a mostrar signos de recuperación; su aspecto mejoraba con cada sorbo de agua y bocado de comida.
No pasó mucho tiempo antes de que la Guardia Civil identificara a los presuntos responsables: una pareja de 51 y 45 años. Ahora enfrentan una investigación por **desatención animal**; es decir, por dejar a su suerte a un ser inocente que solo quería amor y compañía. Gracias a las gestiones realizadas por las autoridades locales, el pastor mallorquín fue trasladado a un centro de acogida donde ahora recibe todo lo necesario para recuperarse por completo.
Esta historia nos recuerda lo importante que es estar atentos al bienestar de nuestros animales; no podemos permitir que historias como esta queden en el olvido.