El pasado fin de semana, el ambiente en el Port d’Andratx se tornó algo más tenso. La Policía Local decidió poner en marcha un control de alcoholemia justo cuando una de las discotecas más conocidas de la zona abría sus puertas. Este momento, que para muchos es sinónimo de fiesta, para los vecinos era motivo de preocupación y hasta miedo. Cada año, el descontrol a las afueras del local se convierte en un verdadero quebradero de cabeza.
Así las cosas, los agentes no solo se limitaron a realizar pruebas de alcoholemia a conductores desprevenidos; también llevaron a cabo revisiones exhaustivas relacionadas con la seguridad ciudadana. Controlaron documentación y supervisaron cualquier infracción que pudiera surgir. En total, alrededor de una treintena de vehículos fueron revisados. El resultado fue preocupante: cuatro conductores dieron positivo en alcohol y se levantaron actas por tenencia de drogas y otras sustancias prohibidas. Además, hubo varias denuncias por infracciones como la falta de seguro o llevar la ITV caducada.
Una respuesta necesaria
Fuentes cercanas a la policía aseguran que estos controles no serán un evento aislado; tienen planeado realizarlos periódicamente, sobre todo ahora que empieza la temporada estival. Los vecinos han respirado aliviados al ver patrullas por las calles y han manifestado su satisfacción con estas medidas preventivas. «Ha sido una noche tranquila», comentaban algunos con una mezcla de alivio y esperanza.