La noche del 16 de abril, los vecinos de una casa en la Soledat vivieron un episodio digno de una película de suspense. Cuando la Policía Local de Palma llegó al lugar, se encontró con un hombre, un español de 57 años, acomodado en el sofá como si nada hubiera pasado. Pero la situación era mucho más grave: este individuo había amenazado a los propietarios con un cuchillo de cocina porque no estaba contento con el trato por un móvil que le habían dejado.
Un intercambio que salió mal
Todo comenzó cuando esta pareja recibió la visita inesperada del hombre al que le habían dejado el teléfono. Se presentó ofreciendo otro modelo y, además, exigía 10 euros por el cambio. La cosa se calentó rápidamente; tras una discusión acalorada, los moradores le pidieron que se marchara. Pero lejos de hacer caso, él decidió ir a la cocina, sacar un cuchillo con una hoja de 22 centímetros y lanzar amenazas aterradoras.
A su llegada, los agentes encontraron al agresor sentado en el sofá. Aunque su versión coincidía en parte con lo relatado por la pareja, omitió cualquier mención sobre el cuchillo y las amenazas. Tras registrarlo sin éxito, finalmente dieron con el arma escondida bajo el sofá.
No cabe duda: este tipo pasó a ser detenido por allanamiento de morada y amenazas. Ahora está bajo custodia de la Policía Nacional mientras ellos se encargan del caso. Un incidente más para recordar que nuestra seguridad nunca debe darse por sentada.