En un giro doloroso de los acontecimientos, Sebastián Oberto, un joven de origen venezolano, se encuentra ahora bajo la mirada atenta de la Justicia. Este chico, custodiado por agentes de la Guardia Civil en los juzgados de Vía Alemania, se enfrenta a una dura realidad: 15 años de cárcel por el homicidio de su novio, Federico Biayna. La Fiscalía no solo exige una condena severa; también reclama una indemnización de 100.000 euros para la madre del fallecido.
Un amor tóxico que acabó fatal
El abogado de la acusación particular no se queda atrás y pide nada menos que 25 años por asesinato, además de otros 50.000 euros para la progenitora. Los hechos sucedieron el pasado 13 de diciembre en el cauce del torrente Coanegra, donde tras una acalorada discusión, Sebastián golpeó a Federico repetidamente con una piedra hasta quitarle la vida.
A la mañana siguiente, el horror llegó cuando una mujer paseando a su perro tropezó con el cuerpo sin vida y alertó inmediatamente a los servicios de emergencia. La escena fue tratada con urgencia: varias patrullas locales y agentes del Grupo de Homicidios y Policía Judicial del Pont d’Inca se hicieron cargo del caso.
A medida que avanzaba la investigación, salieron a relucir detalles escalofriantes sobre su relación. Se hablaba incluso de un vínculo marcado por lo tóxico; Federico había manifestado interés en casarse con Sebastián como vía para obtener la nacionalidad española. Una historia que empezó con sueños compartidos terminó convirtiéndose en una tragedia incomprensible.