Imagina la escena: un hermoso velero, el Peregrin Tuk, de 12 metros, surcando las aguas de Mallorca. Pero lo que debía ser una historia de libertad se tornó en pesadilla cuando dos indigentes decidieron robarlo a las seis y veinte de la mañana del pasado domingo. Las cámaras del club náutico de Can Pastilla no mienten; allí estaban ellos, navegando con litronas de cerveza, ajenos al caos que estaban causando.
Y así fue como horas más tarde se encontraron perdidos en aguas cercanas a Cabrera. Al parecer, su aventura no salió como esperaban y tuvieron que pedir ayuda a Salvamento Marítimo. ¿Quién lo diría? Desde un robo hasta estar a la deriva; parece sacado de una película.
La recuperación y el lamento
La patrullera del Servicio Marítimo de la Guardia Civil los interceptó y recuperó el barco. ¡Por fin! Pero cuando los verdaderos dueños del Peregrin Tuk fueron a verlo, se llevaron una tremenda decepción. «Han destruido el barco, lo han vandalizado», decía uno de los propietarios con tristeza evidente en su voz. El interior había sufrido mucho; unas litronas tiradas por ahí eran solo la punta del iceberg.
La familia propietaria no podía creer cómo alguien había tenido acceso tan fácilmente al velero. «¿Cómo pudieron llevarse nuestro barco así?», se preguntan indignados mientras observan su hogar flotante destrozado. Y es que este no es un caso aislado; viven con miedo en el Club Marítimo de San Antonio de la Playa, donde hay más personas sintecho que deberían ser atendidas adecuadamente.
A pesar del mal trago, agradecen al capitán Salas del Servicio Marítimo por su profesionalidad durante este desafortunado episodio. Tras ser detenidos, los ladrones fueron llevados ante el juez en Manacor y liberados casi inmediatamente sin ofrecer explicaciones sobre sus acciones.
Para esta familia recuperar su embarcación significó un alivio momentáneo después de estar «súper angustiados» por lo ocurrido. Sin embargo, queda claro que algo debe cambiar para garantizar la seguridad en esta zona tan hermosa como vulnerable.