Era una noche cualquiera en Manacor, cuando alrededor de las 00:30 del 20 de abril, la tranquilidad del lugar se vio sacudida por un incidente que no debió ocurrir. Un conductor, que evidentemente había estado tomando más de la cuenta y además carecía de carné, decidió que lo mejor era arrollar a un motorista tras una discusión. Sí, has leído bien: embestirlo adrede y después salir pitando como si nada.
La persecución comienza
Todo empezó cuando el motorista, preocupado por la peligrosa conducción del hombre al volante, decidió bajarse de su moto para pedirle cuentas. Pero en lugar de una disculpa o un gesto amable, recibió un golpe brutal con el coche. Tras esta agresión, el conductor echó a correr dejando tras de sí un rastro de caos.
No obstante, no todo quedó ahí. Un agente de la Policía Local que estaba fuera de servicio fue testigo del lamentable espectáculo y no dudó en actuar. Llamó a sus compañeros mientras iniciaba la persecución del infractor por las calles de Manacor. La caza ya había comenzado.
Los policías locales se lanzaron tras él en sus patrullas, enfrentándose al peligro que suponía tener a este individuo descontrolado al volante. En su huida temeraria, el hombre puso en riesgo no solo su vida sino también la seguridad vial del municipio entero. Fue cuestión de tiempo antes de que lograran interceptarlo.
Finalmente los agentes dieron con él y lo detuvieron; ahora enfrenta serias acusaciones: tentativa de homicidio y lesiones son solo algunas. Cabe mencionar que durante toda esta locura dos policías resultaron heridos con traumatismos leves y varios vehículos también sufrieron daños por culpa del autor del atropello.
El Ajuntament de Manacor no tardó en condenar este tipo de conductas peligrosas mediante un comunicado donde también alabaron la rápida respuesta de sus fuerzas policiales y el valor del agente fuera de servicio que contribuyó decisivamente a poner fin a esta historia tan inquietante.