En la tranquilidad habitual de Costa de la Calma, el silencio de la madrugada se rompió de repente. Eran alrededor de las 4:00 cuando un estallido resonó por las calles, alertando a los vecinos que, asomándose a sus ventanas, se encontraron con un espectáculo aterrador: cuatro vehículos devorados por las llamas y una densa humareda que oscurecía el cielo.
Un fuego inesperado y devastador
Lo que parecía ser una noche como cualquier otra se tornó en un caos absoluto. Los vecinos, aún aturdidos por el estruendo, no tardaron en llamar al 112. La respuesta fue rápida; los Bombers de Mallorca, a escasos kilómetros del lugar, llegaron raudos para intentar controlar la situación. Junto a ellos, varios agentes de la Policía Local y la Guardia Civil se sumaron al esfuerzo.
A pesar del rápido despliegue, el fuego arrasó no solo coches; también dañó un poste telefónico que dejó a muchos sin internet. Tras casi dos horas de intenso trabajo para extinguir el incendio, el olor a quemado persistía en el aire como un recordatorio amargo del suceso.
Afortunadamente, las llamas no alcanzaron ninguna vivienda ni la zona boscosa cercana. Sin embargo, queda una sensación inquietante entre los residentes: ¿qué podría haber pasado si el fuego hubiera sido más destructivo?
Pese a que ahora comienza una investigación liderada por la Guardia Civil que apunta hacia un posible origen intencionado del fuego, lo cierto es que esta tragedia ha dejado huella en una comunidad que solo quería disfrutar de otra tranquila noche.