En un rincón de Sa Coma, el Safari Mallorca se ha convertido en el hogar temporal de 19 felinos salvajes que han vivido una experiencia difícil y desgarradora. Aniara Parra, la gerente del centro, lo dice claro: «Son más grandes de lo que parecen a simple vista, y el traslado fue todo un reto». Con la colaboración del Seprona y una entidad de conservación animal, estos animales llegaron aquí tras ser incautados en una trama internacional desmantelada por la Guardia Civil. Entre ellos hay tres ejemplares puros y dieciséis cruzados con gatos, destinados a ser comprados como mascotas exóticas por aquellos que no comprenden las necesidades reales de estas criaturas.
Un operativo complejo
A día 8 de abril, el reloj marcaba la 1:00 PM cuando un equipo compuesto por un cuidador, un experto en felinos y la propia Aniara se desplazó hasta Ariany para llevar a cabo este complicado operativo. Con jaulas y transportines preparados, sabían que los nervios serían parte del proceso. Mientras tanto, otro grupo estaba en el Safari adecuando las instalaciones para recibir a los nuevos inquilinos.
Afortunadamente, ya cuentan con espacios diseñados para situaciones de emergencia o aislamiento veterinario. Bernat Díaz, el veterinario encargado del centro, realizó una primera revisión a los felinos; su estado es variable pero generalmente bueno. Sin embargo, algunos han necesitado atención especializada. “Antes de cualquier otro traslado realizaremos otra evaluación”, asegura Bernat.
Según nos cuentan desde la entidad que forma parte de Bioparc, hay felinos más dóciles y otros menos habituados al contacto humano; por eso todo debe ser supervisado por su especialista. Las instalaciones permiten observarlos constantemente y atender cualquier necesidad sanitaria o conductual.
Respecto a su alimentación, se les ofrece pollo, conejo y codornices adaptadas a sus necesidades nutricionales para fomentar sus instintos naturales. «El bienestar es nuestra prioridad», afirma Aniara con firmeza. Y así es: todos los días se limpian los recintos y se controlan sus comportamientos; muchos cambios ya están en marcha gracias a la nueva gerencia.
A partir del miércoles 16 de abril el centro abrirá nuevamente al público tras unos días preparándose para la temporada turística. Eso sí: los felinos incautados no estarán expuestos a los visitantes porque necesitan tiempo para recuperarse del estrés sufrido. “Ya han pasado suficiente”, concluyen desde el centro con empatía.