La Policía Nacional ha desmantelado una organización en Palma que se dedicaba a empadronar a extranjeros de manera ilegal. La historia comenzó con una denuncia de un ciudadano español, quien, sorprendido, descubrió que cinco desconocidos estaban empadronados en su hogar sin su consentimiento. Este hombre, preocupado y confundido, nunca imaginó que había caído en medio de una trama engañosa.
Una operación más profunda
Los investigadores del Grupo I de la UCRIF no tardaron en actuar. Tras varias comprobaciones, se dieron cuenta de que esos cinco individuos habían utilizado un contrato de alquiler falsificado para inscribirse en el padrón municipal. ¿Y quién estaba detrás de todo esto? Un marroquí conocido por sus trucos oscuros y al que ya habían detenido el año anterior por delitos similares.
Este cabecilla, astuto como pocos, captaba datos personales reales de personas ajenas y luego confeccionaba contratos fraudulentos a cambio de 350 euros. Pero lo más llamativo es cómo se escabullía: nunca aparecía en los documentos, asegurándose así de no ser descubierto. Uno de los detenidos incluso confesó que fue él quien le pagó para que le ayudara a conseguir su empadronamiento.
Finalmente, la policía detuvo al líder por falsedad documental y favorecimiento de la inmigración irregular; mientras tanto, otros tres miembros fueron arrestados también por delitos relacionados. Aunque las autoridades están tras la pista de más integrantes de esta red peligrosa. La comunidad respira algo más tranquila ahora, pero es evidente que este tipo de prácticas deben erradicarse para evitar abusos futuros.