La tarde del miércoles se tornó oscura y llena de tensión en Palma, cuando un hombre de 47 años, originario de Marruecos, decidió arrojarse desde el puente de General Riera. Eran alrededor de las 18:30 cuando las sirenas comenzaron a sonar y los cuerpos de seguridad recibieron la alerta. El puente, que se alza sobre la concurrida Vía de Cintura, fue testigo mudo de este acto desgarrador.
Un intento desesperado
Los testigos estaban horrorizados. Aseguran que no hubo intervención de terceros; el hombre se lanzó solo, lo que hace pensar en un posible intento de suicidio. La caída le causó múltiples contusiones graves y el caos que se desató en la carretera fue inmediato. La Policía Nacional asumió el control del lugar y comenzó a investigar lo sucedido.
El SAMU 061 llegó rápidamente con una UVI móvil, pero el verdadero reto era sortear el tráfico denso que había colapsado no solo la Vía de Cintura, sino también los accesos a ella. En medio del tumulto, las autoridades locales pidieron una alerta verde para organizar a todas las unidades disponibles y garantizar que la ambulancia pudiera trasladar al herido sin más contratiempos.
A pesar del estado crítico del afectado al llegar al Hospital Son Espases –un código politrauma indicaba lo grave que era su situación– afortunadamente no necesitó ser intubado durante el trayecto. Sin embargo, su vida pendía de un hilo y todos esperaban con ansias noticias sobre su recuperación. Mientras tanto, la Guardia Civil luchaba por controlar el tráfico desbordado que afectaba zonas cercanas como Son Hugo o El Molinar.
Este trágico incidente nos recuerda lo frágil que puede ser la vida y cómo momentos como estos pueden alterar nuestro día a día. Esperamos sinceramente que esta historia tenga un giro positivo para quien hoy está luchando por su vida.