En una tarde que prometía ser como cualquier otra, la vida de una familia se vio truncada en un abrir y cerrar de ojos. El lunes, sobre las siete menos cuarto, unos padres aterrados llevaron a su pequeña de solo dos años al PAC Martí Serra del Pont d’Inca. La niña no respondía a los estímulos y el miedo les invadía. Sin perder tiempo, el personal médico decidió trasladarles a Son Espases.
Una lucha sin éxito
La ambulancia, escoltada por la Policía Local de Marratxí y la Guardia Civil bajo una alerta verde, llegó rápidamente al hospital. A pesar de los esfuerzos titánicos por reanimarla, la pequeña sufrió un paro cardíaco y falleció. Los médicos lo intentaron todo, pero la tragedia fue implacable.
Y aquí viene lo más desgarrador: según fuentes judiciales, estos padres habían recuperado hace poco tiempo la patria potestad. Era un nuevo comienzo para ellos; un momento que debería haber estado lleno de sonrisas y risas infantiles se convirtió en un dolor inimaginable. En este relato tan triste, nos queda el eco del sufrimiento que resuena en nuestras comunidades y nos recuerda lo frágil que es la vida.