Esta mañana, a primera hora, la Policía se ha plantado en Son Banya con un claro objetivo: derribar esas obras ilegales que llevaban meses allí, como un mal recuerdo. Junto a operarios del Ayuntamiento y maquinaria pesada, han entrado en el poblado gitano para poner fin a lo que nunca debió existir. Y es que no se puede permitir que los narcotraficantes construyan su propio imperio, ¿verdad?
Una acción contundente
El bullicio de las máquinas resonaba mientras el poblado se dividía entre la parte donde residen sus habitantes y la nueva construcción, una pista de 90 metros destinada al tráfico ilícito. Desde las 9:30 de la mañana, todo estaba en marcha; semanas de planificación finalmente se materializaban en esta acción. Esas cinco casetas de narcos con su ostentoso cartel luminoso “Las Vegas” están condenadas a desaparecer.
Pero eso no es todo. La rotonda adornada con un barco y esa enorme pista de hormigón de 8.000 metros cuadrados también están bajo la mira. Todo esto ocurre mientras los agentes mantienen un cerco para proteger a los trabajadores municipales de cualquier posible altercado. Además, las verjas metálicas que pretendían ocultar esas fechorías están siendo desmanteladas sin piedad.
Este movimiento no solo es una simple demolición; es un mensaje directo a quienes piensan que pueden actuar sin consecuencias: aquí no hay lugar para la impunidad urbanística ni policial. Así que ya saben, cualquier intento por construir algo ilegal será derribado sin titubeos.