El pasado lunes, en la Audiencia Provincial de Palma, se vivió un momento tenso cuando una mujer, originaria de Nigeria, se declaró culpable de apuñalar a otras dos prostitutas en s’Arenal. La razón detrás de esta agresión no fue más que una disputa por el reparto de clientes y zonas. Al final, la condena fue clara: cuatro años tras las rejas y una indemnización de 9.237 euros para las víctimas por las lesiones causadas.
Un ataque inesperado
Todo sucedió sobre las 2:45 horas del 14 de junio de 2024, en la calle Missió de San Diego. La acusada se encontró con sus rivales y decidió que era el momento perfecto para tomar acción. Armada con una navaja multiusos, se acercó sigilosamente a una de ellas mientras estaba sentada en un banco. Sin previo aviso, le asestó varias puñaladas desde atrás.
La víctima reaccionó con horror ante el dolor y los gritos desesperados de su atacante, quien profería amenazas como si eso fuera suficiente para justificar su acto. En un intento por salvarse, logró bloquear uno de los ataques con su mano izquierda pero aún así sufrió múltiples heridas en la espalda y la mano que tardaron diez días en curar.
No estaba sola; otra mujer intentó ayudarla e intervenir en la situación, pero también terminó herida al recibir un corte en el antebrazo izquierdo. Tras ser atendidas inicialmente, ambas necesitaban atención médica urgente debido a la gravedad del asunto.
A pesar del inicio del juicio donde la Fiscalía había solicitado una condena máxima de quince años por tentativa de asesinato, finalmente se llegó a un acuerdo entre las partes involucradas. El abogado defensor acordó reducir la pena a esos cuatro años por delitos graves.