La historia que nos llega desde Palma es de aquellas que no deberían suceder nunca. Un hombre, con un historial de violencia detrás, ha sido detenido por la Policía Nacional tras hacer de la vida de su expareja y sus amigos un auténtico infierno. La Unidad de Atención a la Familia y a la Mujer (UFAM) no ha dudado en actuar ante las alarmantes denuncias que se habían acumulado.
Una pesadilla sin fin
Desde hace tiempo, esta mujer había conseguido una orden de alejamiento, pero su expareja no tuvo reparos en quebrantarla una y otra vez. El 21 de marzo, ella estaba con unos amigos en un polígono cuando él apareció como un fantasma del pasado, lanzando amenazas a diestro y siniestro. «Tenéis que marcharos; solo puedo estar si él está aquí», les dijo. Ante el miedo palpable, decidieron abandonar el lugar.
No obstante, las cosas no quedaron ahí. Tras esa amenaza inicial, comenzaron a llegar los mensajes llenos de odio hacia ella; el riesgo se volvía extremo. Los agentes tuvieron que establecer una protección continua para salvaguardar a la víctima mientras trataban desesperadamente de localizar al agresor.
Apenas un día después, uno de los amigos alertó a las autoridades: le habían avisado que su coche estaba en llamas. Cuando llegaron al lugar vieron que había sido incendiado intencionadamente; esto era solo el principio. Por boca de otro conocido se supo que este individuo había reconocido haber hecho todo esto como venganza, pensando erróneamente que ese amigo era algo más que eso.
El colmo llegó cuando otro amigo conducía con dos amigas y fue atacado por este personaje violento. Amenazas nuevamente; lanzó objetos al vehículo y lo embistió causando daños severos mientras rociaba spray pimienta dentro del coche donde estaban tres personas más. Es decir: no solo intentaba hacer daño físico sino también psicológico.
A pesar de todo ello, las fuerzas del orden no se detuvieron; intensificaron esfuerzos para dar caza al hombre. Finalmente lo encontraron en el Polígono de Llevant donde fue detenido con un cuchillo y un spray pimienta en su poder, además de otras sustancias ilegales. Ahora enfrenta cargos serios: malos tratos continuados, lesiones e incluso quebrantamiento reiterado de condena. Este episodio oscuro ha llegado hasta los tribunales donde se ha decidido prisión provisional para el agresor.