Imagina un escenario donde la lucha contra las drogas se entrelaza con la astucia criminal. Eso es exactamente lo que está sucediendo en Mallorca, donde diez personas se enfrentan a una solicitud de cien años de prisión por traer cocaína y marihuana ocultas en sillas de ruedas desde Perú. La Fiscalía ha puesto toda la carne en el asador, pidiendo penas que suman un total escalofriante, pero la historia no acaba aquí.
La vista judicial estaba programada para este lunes en la Audiencia de Palma. Sin embargo, el camino hacia la justicia se ha complicado: no hubo acuerdo entre las defensas y el fiscal, lo que ha llevado a aplazar el juicio hasta febrero de 2026. Dos de los acusados ya están tras las rejas, mientras que otros esperan su turno.
Un plan bien orquestado
Los hechos datan entre abril de 2023 y julio de 2024. Estos procesados habían ideado un sistema ingenioso para enviar estupefacientes desde varios rincones de Latinoamérica, siendo Perú su principal punto de partida. Utilizaban mulas, correos humanos que llevaban la droga escondida dentro del armazón de las sillas de ruedas.
Una vez que estas partidas llegaban a nuestra isla, se distribuían como si nada; vendían sin pensar en las consecuencias ni en el daño que causaban a sus comunidades. Afortunadamente, la Policía Nacional y agentes de Vigilancia Aduanera pusieron fin a esta organización criminal desmantelando incluso un laboratorio clandestino donde adulteraban la droga. Todo esto fue posible gracias al trabajo del grupo I de Estupefacientes y la Unidad Operativa mencionada.
A medida que avanza este caso, nos queda claro que la lucha sigue siendo dura pero necesaria. No podemos permitir que estas tramas sigan arruinando vidas ni nuestras calles. ¿Hasta cuándo vamos a seguir mirando hacia otro lado?