Este fin de semana, Palma se vio sacudida por un asalto que dejó a todos con el corazón en un puño. Eran alrededor de las 4:30 de la mañana cuando una mujer escuchó ruidos extraños provenientes del chalet en el que vivía. Sin pensarlo dos veces, llamó al 092, alertando a la Policía Local sobre la situación inquietante que se desarrollaba en su hogar.
Una intervención rápida y sorprendente
Cuando llegaron las patrullas de la Unidad Nocturna (UNOC), no perdieron tiempo. Al inspeccionar el lugar, descubrieron que la puerta había sido forzada. En ese momento, el descubrimiento fue impactante: un hombre se encontraba inmovilizado en una cama, con cables atados a sus muñecas y tobillos. Todo comenzó cuando él estaba durmiendo; dos individuos irrumpieron en su habitación, armados con un pico amenazante, y lo sometieron.
El relato de la víctima es desgarrador. Los asaltantes no solo lo ataron para evitar que pidiera ayuda, sino que también destruyeron su móvil y tablet utilizando esa misma herramienta amenazante. Mientras registraban el chalet sin compasión alguna, lograron llevarse 1.356 euros en efectivo.
Los agentes actuaron rápidamente y lograron detener a los sospechosos; uno de ellos era paraguayo y tenía 38 años. El otro se negó a identificarse e incluso a hablar con los policías. Al realizarles un cacheo preventivo encontraron varias herramientas entre sus pertenencias, pero ningún tipo de explicación salió de sus bocas.
Finalmente, ambos fueron trasladados al cuartel de San Ferran para llevar a cabo las diligencias pertinentes antes de ser puestos a disposición de la Policía Nacional. Este triste episodio nos recuerda lo importante que es estar alerta y apoyarnos mutuamente como comunidad.