La tarde del pasado 24 de marzo en Pere Garau se convirtió en un escenario de terror cuando dos jóvenes decidieron golpear a un hombre solo por robarle un billete de 20 euros que llevaba en la mano. ¿Por qué llegamos a este punto? La Policía Nacional ha detenido a uno de los implicados, un chico español de 23 años con más antecedentes penales que amigos, mientras busca al otro.
Un acto despreciable y cobarde
La víctima salía tranquilamente de un local cuando, como si fuera una escena sacada de una película de acción, dos individuos se le acercaron pidiéndole unos euros. Pero claro, el hombre dijo que no. Y ahí comenzó la brutalidad: golpes por todo el cuerpo, hasta que finalmente lograron arrebatarle su dinero. Tras esta agresión desmesurada, huyeron como si nada hubiera pasado.
Pobrecillo tuvo que ser evacuado al hospital debido a la paliza que recibió. Los testigos no podían creer lo que veían; algunos intentaron intervenir gritando y alertando a otros sobre lo sucedido. Imaginen estar allí, viendo cómo alguien es atacado sin piedad. Esas personas quedaron impactadas y temerosas por sus propias vidas mientras trataban de ayudar al hombre caído.
Los presentes reconocieron rápidamente a uno de los agresores; ya era conocido por su historial delictivo. Y para colmo, cuando lo detuvieron, llevaba consigo hachís, lo que suma otro cargo más a su ya larga lista.
Esta historia nos recuerda cuán frágil puede ser nuestra seguridad en la calle y cómo actos tan viles pueden ocurrir en un abrir y cerrar de ojos. Es hora de reflexionar sobre lo que estamos permitiendo en nuestras comunidades.