En una historia que parece sacada de una comedia, Jeremy Clarkson, conocido presentador británico y exestrella de ‘Top Gear’, ha decidido tomar medidas drásticas en su pub, el Farmer’s Dog. Este local, ubicado en la tranquila aldea de Asthall, Inglaterra, ha sido escenario de lo que él mismo llama una ‘epidemia’ de fraudes relacionados con alergias alimentarias. Tras invertir más de un millón de libras en su apertura el año pasado, ahora se enfrenta a reclamaciones que superan las 50.000 libras.
Clarkson asegura que hay personas que llegan a su bar y después de disfrutar de una comida o bebida, afirman haber sufrido reacciones adversas. En uno de los casos más llamativos, una clienta alegó haber recibido cerveza en lugar de sidra y exigió un reembolso al argumentar que eso arruinó sus vacaciones. Sin embargo, el dueño cuenta con pruebas contundentes: imágenes grabadas por las cámaras donde se demuestra que no había cerveza servida.
Cansado del abuso
Y aquí es donde la historia se vuelve aún más interesante; Clarkson revela que otros restauradores también han sido víctimas del mismo problema y lamenta lo complicado que resulta para ellos demostrar la veracidad o falsedad de estas reclamaciones. ‘Esto se ha convertido en una epidemia’, dice preocupado. Y añade: ‘Incluso cuando no es fraudulento, es molesto; estos clientes caprichosos complican la vida al personal pidiéndoles mil cosas para evitar cualquier malestar.’
Este cansancio le lleva a considerar prohibir la entrada a quienes tengan intolerancias alimentarias. Aunque reconoce que esto podría ser comercialmente suicida, no puede evitar sentirse frustrado por las exigencias constantes y los comportamientos inapropiados de algunos visitantes.
Por si fuera poco, su establecimiento también sufrió recientemente un ciberataque donde delincuentes lograron acceder a su cuenta bancaria robándole 27.000 libras. Así las cosas en el mundo del entretenimiento gastronómico; ¿será posible encontrar un equilibrio entre atender necesidades reales y protegerse contra abusos? La historia sigue abierta.