La historia comienza en un restaurante de cocina japonesa llamado Wakame Ibiza, donde una clienta, tras pasar por un inesperado cobro de 12 euros por usar un gancho para su bolso, decidió alzar la voz a través de las redes sociales. ¿Quién no se sentiría indignado? Y así, con un simple tweet, desató una tormenta que ha llevado al local a reclamarle nada menos que 36.000 euros.
Un incidente que estalla en las redes
Todo ocurrió el pasado 5 de agosto. La mujer disfrutaba de su cena cuando le ofrecieron utilizar un gancho para colgar su bolso, sin advertirle del coste extra. Tras enterarse, no dudó en compartir su experiencia en la plataforma X, lo que rápidamente generó una avalancha mediática y hasta la atención de la asociación de consumidores Facua. Sus palabras resonaron entre miles: «¿Pero esto es legal?».
Poco después, el restaurante respondía con dureza; alegaban que había sido todo un error involuntario y exigían la retirada de los mensajes difamatorios. Aseguran que sus acusaciones han causado serios daños a su reputación y actividad empresarial. En palabras de su abogada penalista, Marina Corral: «las manifestaciones son falsas y han perjudicado gravemente nuestra imagen».
El establecimiento también ha criticado cómo Facua amplificó este caso ya desmentido, contribuyendo al daño infligido no solo a ellos sino también al sector hostelero de Ibiza.
A día de hoy, la situación sigue escalando. El restaurante ha solicitado un acto previo a interponer una querella criminal por calumnias con publicidad. Quieren justicia y piden no solo la eliminación inmediata del contenido difamatorio sino también una rectificación pública donde se reconozca la falsedad de las acusaciones.
En medio de esta tempestad digital, desde Wakame han dejado claro que valoran las críticas constructivas pero no pueden quedárselo cruzados ante lo que consideran ataques infundados: «Escuchamos siempre a nuestros clientes», dicen, «pero hay límites».