En un mundo donde el futuro parece incierto, la decisión de tener hijos se ha convertido en una cuestión que muchos se plantean con preocupación. Recientemente, el Fondo de Población de las Naciones Unidas realizó una encuesta en 14 países para descubrir las verdaderas razones por las que las parejas optan por no ampliar la familia. Y los resultados son bastante reveladores.
El peso del dinero y la precariedad
Sin duda, el dinero manda. La crianza de un hijo implica unos gastos que muchos consideran desorbitados. Según la encuesta, un alarmante 39% de los encuestados considera que este es el principal impedimento para dar ese paso tan importante. Pero eso no es todo; el desempleo y la precariedad laboral también juegan su papel en esta historia. Un 21% señala que la inestabilidad en el trabajo les frena a la hora de pensar en ser padres.
A esto se suma otro factor crítico: la falta de vivienda adecuada. No tener espacio suficiente o verse atrapado por los altos precios del alquiler afecta al 19% de quienes respondieron. Es casi como si cada vez que alguien decide tener un hijo tuviera que enfrentarse a una montaña rusa emocional y económica.
A pesar de que muchos podrían pensar que encontrar una pareja adecuada sería el motivo más común para no ser padres, sorprendentemente solo un 14% lo menciona. En cambio, cuestiones como la preocupación por nuestro entorno social o político (también un 14%) parecen pesar mucho más en estas decisiones personales.
A medida que avanzamos, nos encontramos con otras razones como el cambio de mentalidad sobre cuántos hijos queremos realmente; un 13% admitió haber cambiado sus deseos iniciales. Y, aunque menos comunes, otros factores como problemas de fertilidad (12%), falta de opciones adecuadas para cuidar a los niños (12%) o problemas de salud también están presentes en esta complicada ecuación.
A veces, incluso la falta de apoyo por parte del compañero/a puede ser determinante; hasta un 11% siente que su pareja no está lo suficientemente implicada en las tareas del hogar o cuidado infantil. Todo esto nos lleva a preguntarnos: ¿en qué momento se volvió tan complicado traer una nueva vida al mundo?
No podemos olvidar tampoco cómo las preocupaciones ambientales influyen en nuestras decisiones. Aunque solo un 9% lo menciona directamente, es evidente que cada vez somos más conscientes del impacto del cambio climático.