La vida de Chicken Papi, un joven influencer chino, es un verdadero reflejo de las dificultades y sacrificios que muchos inmigrantes enfrentan al llegar a España. En una reciente charla en su canal de YouTube Un chino y medio, donde comparte espacio con Jiajun Yin, nos desvela cómo fue su adaptación cultural y la presión que sentía por parte de su familia.
Trabajar desde el amanecer hasta el anochecer
Desde muy pequeño, Chicken Papi se encontró atrapado entre las expectativas familiares y sus propios sueños. Con un restaurante familiar como telón de fondo, sus padres le dijeron: ‘tienes que ayudarnos’. No había espacio para el ‘¿puedes ayudar?’ – no era una opción. A lo largo del día, combinaba clases en la escuela con largas jornadas laborales: ‘Trabajaba de madrugada, iba al colegio por la mañana y luego por la tarde me decían: ¡tienes que venir a ayudarnos porque está lleno!’.
Con el tiempo, esta carga comenzó a pesarle. Recuerda aquel momento crucial cuando sintió que no podía más: ‘Llegó un día que dije: me voy a desmayar, me voy a casa a dormir porque no puedo más.’. Una realidad desgastante que muchos jóvenes inmigrantes conocen demasiado bien.
A pesar del compromiso inquebrantable hacia el negocio familiar, Chicken Papi se topó con una dura verdad cuando intentó formalizar su papel allí. Sus padres le ofrecieron un sueldo atractivo –1.500 euros al mes– pero sin días libres ni vacaciones. Sin embargo, al buscar fuera del negocio familiar descubrió ofertas mucho mejores: 1.600 euros con 48 días de vacaciones. Se preguntaba en voz alta: ‘¿Cómo me das esto sabiendo que tengo esto? No tiene sentido’.
Su historia no solo resuena con aquellos que han pasado por situaciones similares sino también invita a reflexionar sobre las decisiones difíciles que deben tomar los jóvenes frente a las expectativas familiares. La lucha entre cumplir los sueños propios y satisfacer las necesidades familiares puede ser abrumadora.