Imagina estar trabajando como camarera y, de repente, te encuentras encerrada en el montacargas. Eso le sucedió a Lucía, que se ha hecho famosa por su ingeniosa forma de pedir ayuda. Gracias a la cuenta de X @soycamarero, nos llega esta divertida historia que nos recuerda que a veces los imprevistos pueden ser hilarantes.
Un mensaje que hizo reír a todos
Lucía se quedó atrapada en ese pequeño ascensor destinado a transportar platos y suministros entre las plantas del restaurante. En vez de entrar en pánico, decidió tomarse la situación con humor y enviar un mensaje a sus compañeros usando la aplicación interna del local. Con un tono desenfadado escribió: «Hola, soy Lucía. Me quedé encerrada en el montacargas de arriba, ¿me podéis abrir, porfi?, soy gilipollas». Y así, lo que podría haber sido un momento incómodo se convirtió en una anécdota cómica para todos.
No solo es gracioso el contenido del mensaje; también el contraste con la comanda que apareció justo encima: «Primeros: 1 extra de pollo», lo que hizo aún más divertido el momento. Esta historia nos muestra cómo ante cualquier contratiempo laboral podemos encontrar una chispa de alegría y conexión humana. Al final del día, somos nosotros quienes tenemos que ponerle humor a las situaciones complicadas.