La tragedia se ha desatado en Rayong, Tailandia, donde un hombre de 44 años, Thaweesak Namwongsa, fue encontrado sin vida en su habitación, rodeado de más de 100 botellines de cerveza vacíos. Su hijo, un chaval de apenas 16 años, llegó del colegio y se encontró con una escena desgarradora: su padre había sufrido un ataque epiléptico y ya no pudo hacer nada por él.
Una vida marcada por la soledad
A lo largo del último año, Thaweesak decidió dejar a un lado la comida. ¿Por qué? Tras su reciente divorcio, optó por ahogar sus penas en alcohol, alimentándose únicamente de cerveza. Aunque sabemos que esta bebida puede tener muchas calorías, no podemos olvidar que carece de los nutrientes esenciales para mantener nuestro cuerpo vivo y sano. Es doloroso ver cómo alguien elige tirar a la basura su salud por completo.
A pesar de los intentos de su hijo por ofrecerle comida casera, Thaweesak se mantuvo firme en su decisión. El hecho es que este tipo de situaciones nos hacen reflexionar sobre lo frágil que es la vida y cómo a veces las decisiones equivocadas pueden llevarnos a finales trágicos. La historia nos recuerda que hay mucho más allá del alcohol: el apoyo familiar y una dieta equilibrada son fundamentales para mantenernos saludables. Pero aquí estamos hablando de una realidad dura; muchos también han optado por caminos similares y han sobrevivido solo con cerveza durante periodos prolongados. Sin embargo, esto no debería ser visto como un ejemplo a seguir.