Michael Alves, un exjugador de fútbol americano de San Diego, ha decidido llevar su curiosidad al extremo. En su canal de YouTube, Killdozer, se ha propuesto un reto bastante peculiar: alimentarse solo de comida para bebés durante una semana. ¿El resultado? Una experiencia que lo dejó más que hambriento.
La dura realidad del ‘puré’
A lo largo de sus vídeos, que han acumulado más de 820.000 vistas, vemos cómo este joven de 26 años intenta sobrevivir únicamente con purés y fórmulas infantiles. Para darle un toque realista a su desafío, incluso utiliza cubiertos diseñados para los más pequeños. Sin embargo, a medida que avanzan los días, la emoción inicial se convierte en desesperación.
“Este reto es una mierda”, exclama Alves en uno de los momentos más sinceros del vídeo. Al principio estaba entusiasmado, convencido de que estos alimentos debían estar llenos de proteínas porque, claro, ¡los niños las necesitan! Pero pronto la ilusión se disipa. “Aquí no hay proteínas en nada”, dice con incredulidad mientras recorre el supermercado buscando respuestas.
La experiencia lo lleva a cuestionar: “¿Qué demonios les estamos dando a nuestros hijos?” La comida sabe a veneno y él no puede evitar hacer comparaciones absurdas: “Esto sabe como si lo hubieran preparado extraterrestres”. Al final del experimento, Michael pesa tres kilos menos —115 a 112— pero advierte que esa pérdida podría ser agua más que grasa debido a la falta total de sabor y nutrientes en su dieta.
Con un escaso aporte calórico y casi sin sal ni carbohidratos, su cuerpo reacciona eliminando agua como si no hubiera un mañana. “Me muero de hambre” confiesa exhausto al final del quinto día. Y así concluye su aventura; se recompensa con un burrito y sentencia: “Tenemos que empezar a dárselo a los bebés”. Un mensaje claro sobre las realidades ocultas detrás del consumo desmedido y poco reflexivo.