En un rincón de Michigan, una historia conmovedora ha encontrado su final feliz. Funcionarios del Departamento de Recursos Naturales han logrado liberar a un joven oso negro que pasó dos largos años con la cabeza atrapada en una tapa de plástico. Lo que parecía ser un destino cruel se transformó en esperanza gracias a la perseverancia y la ayuda de la comunidad.
La primera vez que se avistó al pequeño oso fue en 2023, cuando aún era solo un osezno. Las imágenes captadas por cámaras de seguimiento mostraban su desesperante situación: ya tenía la tapa alrededor del cuello. A pesar de los esfuerzos incansables de los biólogos para localizarlo, el animal se mantenía alejado de los humanos, como si supiera que su vida estaba en juego.
Una comunidad unida para rescatar al oso
Todo cambió en mayo, cuando un residente de Hillman, una pequeña localidad con menos de mil habitantes, tuvo la suerte (o más bien la sensibilidad) de avistar al animal. Al ver al oso atormentado, este buen samaritano no dudó en alertar a las autoridades. En cuestión de días, el equipo del Departamento instaló una trampa con cebo y logró capturarlo el pasado 2 de junio.
Los científicos no podían creer lo que veían: el pobre animal pesaba apenas 50 kilos y había sufrido cicatrices importantes e incluso tenía una infección en el cuello debido al roce constante con la tapa. Pero aquí viene lo bueno: tras administrarle anestesia para liberar su cabeza del plástico maldito, los expertos confirmaron que por lo demás estaba completamente sano. Un alivio enorme para todos los involucrados.
El misterio sobre cómo quedó atrapado sigue sin resolverse; algunos sugieren que podría tratarse de esas tapas utilizadas por cazadores para atraer a osos negros. Una situación peligrosa no solo para ellos sino también para otros animales salvajes que pueden terminar atrapados y sufriendo sin razón alguna.
Afortunadamente, después de recuperar sus fuerzas tras la anestesia, nuestro amigo peludo fue liberado en su hábitat natural, donde podrá empezar una nueva vida lejos del plástico y cerca de lo que realmente importa: vivir libre y feliz.