Imagina la escena: un bebé mapache, encajado en la grieta de un árbol y pidiendo ayuda con unos gritos que resonaban por el bosque. Eso fue exactamente lo que sucedió en Connecticut, donde un oficial de control de animales recibió una llamada sobre «un animal gimiendo en el bosque». Sin pensarlo dos veces, se puso en marcha junto a tres agentes más, sin tener ni idea de lo que les esperaba.
El rescate inesperado
Cuando llegaron al lugar, se encontraron con un pequeño mapache que parecía haber tomado la peor decisión de su vida. El Departamento de Policía de Bethel compartió la anécdota en su Facebook, describiendo al adorable protagonista como alguien que chillaba «más que un niño pequeño con un subidón de azúcar». Y no es para menos; imaginen lo angustiante que debe ser quedar atrapado así.
A pesar del reto, los agentes actuaron con calma y precisión. Tras una cuidadosa operación, lograron liberar al pequeño sin que sufriera ninguna lesión. Después del rescate, ya más tranquilo y recuperado del susto, el mapache fue trasladado a un centro especializado donde le harían una revisión completa. A veces las historias tienen finales felices, y esta fue una de ellas.