En una fría jornada en Suiza, Elias Meyer se lanzó a un reto que pondría a prueba su resistencia de una forma que pocos se atreverían. Más de dos horas enterrado en nieve con solo un traje de baño, un desafío que no solo lo llevó al límite, sino que también le valió un lugar en el libro Guinness de los récords.
Elias, un levantador de pesas con espíritu competitivo, descubrió que la marca anterior estaba fijada en 1 hora, 45 minutos y 2 segundos por el polaco Valerjan Romanvoski. Sin pensarlo dos veces, decidió superarla. “El frío me molestaba menos que el peso de la nieve”, confesó después del reto. ¿Te imaginas estar bajo toneladas de nieve? “Me aplastaba tanto que sentía dolor en los hombros y codos”, continuó diciendo Elias en su Instagram.
Un acto de valentía y resistencia
Este joven no solo buscaba fama o reconocimiento; quería demostrar que somos capaces de lograr cosas increíbles si nos lo proponemos. Y así fue como logró aguantar 2 horas y 7 segundos, un tiempo impresionante que sin duda quedará grabado para la posteridad. Pero más allá del récord, hay una historia detrás: la lucha contra los límites personales y esa conexión íntima con la naturaleza. Elias es un ejemplo viviente de cómo enfrentar nuestros miedos puede llevarnos a resultados extraordinarios.