Imagina que estás a punto de embarcar en un vuelo y, ¡sorpresa!, tu maleta no cumple con las exigencias de la aerolínea. Eso le pasó a Natalie Sadler, una británica que, en su trayecto entre Leeds y Palma de Mallorca, se encontró ante un dilema: pagar 70 euros por el exceso de equipaje o buscar una solución creativa.
La política de Ryanair es conocida por ser estricta con el tamaño del equipaje de mano. Antes de pasar por la puerta del embarque, revisan que nuestras maletas sean del tamaño correcto. Natalie no estaba dispuesta a dejarse amedrentar, así que decidió actuar. Se acercó a una cafetería cercana y pidió un simple saco de basura. Sí, como lo lees.
Una solución inesperada
Con destreza y algo de humor, vació su maleta en el saco y lo apretó bien hasta hacerlo encajar con los estándares requeridos. «Me lo puse al hombro como si fuera Papá Noel y dije: ‘Aquí tienes, quédate con eso’. Y me subí al avión», explicó Natalie riendo mientras contaba su historia al Daily Mail.
No solo logró evitar la multa; además, el resto del pasaje no pudo contener su admiración y comenzaron a aplaudirla. «Después de cómo me trató una empleada de Ryanair, ni hablar de darle mi dinero», comentó con firmeza.
Aunque perdió su maleta en el proceso, ella considera que fue un pequeño precio a pagar por mantener sus euros en el bolsillo. «Era cuestión de resolver un problema; soy buena para encontrar soluciones», reflexionó Natalie. Al final del día, aunque estuviera furiosa por la situación inicial, supo reírse porque al fin y al cabo… ¡es solo una maleta!